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Cáncer de Prostata




El cáncer prostático es un tumor que por lo general crece con lentitud y suele descubrirse durante pruebas de detección sistemáticas.

Riesgos:

Antes de los 50 años de edad es poco probable que aparezca cáncer de próstata, pero el riesgo aumenta considerablemente con la edad; la mitad de los casos de cáncer prostático se diagnostican después de los 75 años. La raza también puede ser un factor, puesto que la probabilidad de que un varón de raza negra presente cáncer prostático es de 100 casos de 100 000, en comparación con 70 casos de 100 000 (para un varón de raza blanca). Otro factor de riesgo muy importante es el antecedente familiar de cáncer de próstata. Si se tiene un familiar en línea directa con cáncer de próstata se puede tener entre 3 y 7 veces más posibilidades de desarrollar un cáncer de este tipo.

Incidencia y prevalencia:

La enfermedad maligna de la próstata es la causa número uno de cáncer diagnosticado en varones y es la segunda causa principal de muertes por cáncer entre varones: en 2009 se diagnosticaron alrededor de 640 900 casos nuevos de cáncer de próstata.


Interrogatorio: El cáncer prostático temprano puede no generar síntoma alguno, pero es posible detectarlo mediante examen digital del recto. El paciente puede dar datos de problemas para orinar, pero no es un síntoma exclusivo de cáncer de próstata. El dolor de huesos es un síntoma frecuente de cáncer prostático avanzado, como consecuencia de diseminación (metástasis) del tumor hacia huesos como la columna vertebral.

Examen físico: Después de los 45 a 50 años de edad se efectúan pruebas de detección anuales para detectar el cáncer al insertar un dedo (enguantado y lubricado) en el recto y palpar la próstata en búsqueda de cualquier irregularidad o área firme que pueda ser síntoma de cáncer.

Pruebas: La prueba de detección del cáncer de próstata se realiza con una muestra de sangre y se llama antígeno específico. Suele combinarse con un examen digital del recto para tener mayor seguridad del diagnostico. Una vez diagnosticado el cáncer se determina que tan avanzado está para, según sea el caso, poder ofrecer el mejor tratamiento posible. El diagnostico se realiza mediante una biopsia de prostata, la cual es un procedimiento ambulatorio, que se realiza en el consultorio con una sedacion intravenosa y tomando muestras de la prostata para su analisis.

La extirpación quirúrgica de la próstata, las vesículas seminales y parte del conducto deferente es un tratamiento de uso frecuente para tumores en etapa temprana. Estos casos se encuentran en individuos más jóvenes, que poseen excelente salud general y se espera vivan al menos 15 años más.

Estas intervenciones quirúrgicas a menudo son curativas para cáncer que no ha emitido metástasis. Los individuos con tumores más avanzados, por lo general no son idóneos para este tipo de intervención quirúrgica. Sin embargo, en algunos casos la extirpación quirúrgica del tumor puede ser útil para aliviar obstrucción urinaria u otros síntomas.

Los individuos con cáncer prostático avanzado se tratan más a menudo al bloquear los efectos de la hormona sexual masculina (testosterona), o disminuir la cantidad de esta última en el organismo. Ambos tratamientos se denominan tratamiento de privación de andrógenos.

El tratamiento de privación de andrógenos se utiliza cuando el cáncer se ha diseminado más allá de la próstata y ayuda a aliviar los síntomas y lentifica la progresión de la enfermedad.

Existen tratamientos en forma de pastillas o de inyecciones de depósito (mensuales, trimestrales o semestrales) que permiten evitar una extirpación de los testículos.

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